Estas navidades
venimos a despedir el año como es tradicional en Val de Ebo. Esta vez cambiamos
el evenc ample por una gran vertical vecina, el estret. Salimos solo cuatro
compañeros, Luisen, Juande, Oscar y yo, pero con muchas ganas de pasar un gran día
de espeleo y brindar en el fondo del avenc con cava como ya es tradición en el
grupo. El avenc estret es uno de los grandes pozos de la provincia de Alicante,
sus ciento cuarenta y dos metros de profundidad, así como su gran diámetro de
quince por doce metros en la boca, le dan este título merecidamente.
La boca tiene varias vías de descenso y elegimos una que nos dejara en una
plataforma donde crece un gran árbol. Aprovechamos tres parabolt con placa para
la cabecera y empezamos el descenso vertical hasta tocar tierra en la
plataforma junto al árbol. Nos movemos con cuidado de no tirar piedras en este
tramo cubierto de hojas y materiales del exterior que caen sobre la plataforma.
Dejamos por encima nuestro las paredes cubiertas de musgo y plantas con sus
tonos verdosos y empezamos a adentrarnos en la oscuridad. Seguimos la vertical
con algún fraccionamiento desviándonos a nuestra derecha en una gran colada
donde hay que hacer un pequeño péndulo buscando otra plataforma a -60 metros
donde nos reunimos todos. La vista de la luz procedente de la gran boca y el
impresionante pozo que se abre bajo nuestros pies es realmente magnifica.
Decidimos
montar dos vías en la última gran vertical de 55 metros totalmente volados. Lo
hacemos para ahorrar tiempo de espera en el ascenso, ya que así subiremos por
parejas el gran volado. Pues la intención es comer en Ebo y ganaremos mucho
tiempo haciéndolo de esa forma.
Desciende la rampa y los dos escalones de la plataforma
Luisen, seguido por Juande con cuidado por las muchas piedras sueltas. En estos
tramos siempre hay que extremar la precaución, hay piedras sueltas y compañeros
por debajo. Al borde de la repisa montan las dos cuerdas y disfrutando de la
espectacular bajada entre paredes con grandes concreciones, caemos en el centro
de la sala. Una vez bajado el cono de derrubios estamos en la máxima
profundidad de la sima, -142 metros.
Las paredes están recubiertas de grandes
coladas y concreción, también vemos algún tronco grande de madera procedente
del exterior.
Debido a la gran verticalidad del pozo, cualquier cosa que caiga
dentro, acabara en el fondo de la sima.
Abrimos el cava y con las pelucas
puestas cumplimos un año más con la tradición del grupo espeleológico de Monóvar,
cerrar el año de actividades disfrazados y brindando en el fondo de este
grandioso avenc. Una vez repuestas las fuerzas que necesitaremos para el
ascenso, empezamos por parejas la subida del magnifico volado. Disfrutamos de
las vistas en los descansos junto a nuestro compañero, cosa que rara vez
podemos hacer. Nos damos cuenta una vez mas de lo insignificantes que somos
ante esta gran obra de la naturaleza, que ha tardado cientos de años en tallar y
dar sus caprichosas formas para que ahora disfrutemos de ella los amantes del
mundo subterráneo.
Esta sensación junto a unos magníficos compañeros hace que
cada salida disfrute mucho mas de esta gran afición.Una vez fuera de la
cavidad y a buena hora para comer, cumplimos con otra tradición que tenemos
cuando venimos a la Val de Ebo, comer en el restaurante Capri. Su dueño siempre
nos trata muy bien y además el menú es estupendo. Durante la comida, Juande nos
sorprendió montando en un momento un magnifico video de la actividad de hoy.
Una vez mas pasamos un gran día en este paraíso de la espeleología que es La
Val de Ebo. Esperamos volver muy pronto seguir disfrutando junto a nuestros
compañeros del oscuro, húmedo, a veces estrecho y siempre agotador mundo subterráneo.
PEDRO HERRERO
GARCIA.
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