La sima o avenc del Montgo´ está situado en
el término municipal de la localidad costera de Jávea. Es con sus más de cien
metros de profundidad en varios pozos sucesivos la mas profunda de cuantas se
encuentran en este emblemático macizo.
Para
acceder a ella entramos a Denia desde la autopista buscando la carretera CV 736
que conecta ambas localidades por la costa. Ésta estrecha y serpenteante
carretera gana altura entre barrancos cubiertos de la típica y muy tupida
vegetación mediterránea, a pesar de varios devastadores incendios que
castigaron este macizo hace pocos años.
Tras
tres kilómetros vemos un cartel indicando un campo de tiro a nuestra derecha,
el camino tiene grandes piedras en los laterales para evitar que se aparque en
él. Llegamos a un amplio aparcamiento junto al campo de tiro donde podemos
estacionar cómodamente y sin estorbar a nadie. Es importante al aparcar nuestros
vehículos, respetar los caminos y accesos para evitar posibles conflictos con
los vecinos del lugar.
Desde el aparcamiento, miramos al Montgó y
vemos un evidente espolón rocoso a la izquierda donde se oculta la boca de la
sima, del mismo, sale una senda entre pinos que nos lleva a un camino con
indicadores del sendero a la cumbre.
En el
segundo poste indicador que encontramos, nosotros dejamos la subida a la cumbre
y seguimos la pista hacia la izquierda pasando cerca de unas casas de campo. Sobre
las casas enseguida vemos el sendero de subida en dirección al espolón. La
senda sube recta entre pinos dispersos y cruza un barranco, pronto gana altura
y pasamos a la otra vertiente perdiendo de vista el campo de tiro. Aquí hay que
ir atento ya que la boca se encuentra a pocos metros de la senda, pero muy
disimulada en la pared rocosa. La localizamos rápido y una vez sobre la boca
vemos un gran arco de piedra encima de ella con algunos espit viejos, las
vistas de la costa mediterránea son impresionantes desde aquí.
Sin
perdida de tiempo localizamos los parabolt de la cabecera y comenzamos el
montaje del primer pozo con una cuerda de sesenta metros. Una vez debajo del
arco de roca tenemos otro parabolt en la pared de enfrente que nos deja ya en
la vertical e iniciamos el descenso del primero de los pozos. Enseguida gana
amplitud y notamos el cambio de temperatura, así como observamos pequeños
goteos y algunas formaciones parietales que ganan tamaño a lo largo de los
treinta y tres metros que nos separan de la plataforma a la que accedemos
mediante un pequeño péndulo. Esta plataforma de unos tres metros de largo,
permite estar varios compañeros a la vez mientras empezamos el montaje del
pasamanos descendente con la otra cuerda de ochenta metros que llevamos
preparada en su saca. Una vez instalado el pasamanos comenzamos el descenso de
los cincuenta y seis metros que nos separan de la gran base de la sima.
Si bien puede hacerse de una tirada, ya que
tiene forma de campana, pero vemos conveniente para agilizar la salida, montar
dos fraccionamientos. Durante el descenso el pozo gana anchura y amplitud, las
sensaciones y el ambiente son que bajamos a una gran cavidad.
Nos
recreamos con las grandes coladas y formaciones que adornan las paredes de este
gran pozo, así mismo observamos abundante goteo y humedad a pesar de estar en
época estival. La amplia base cubierta de cascotes nos permite deleitarnos
fotografiando las formaciones vistas durante el descenso, ya que desde abajo
nos parecen más imponentes todavía. Localizamos un balcón con formaciones a
unos cuatro metros sobre nosotros del que hablan en la topografía, pero que
desistimos de intentar subir ya que pensamos que sin poder asegurar la trepada
no merece la pena el riesgo. Buscamos la cabecera del ultimo pozo que localizamos
al pie de la pared cubierta de formaciones en la parte mas baja de la sala.
Montamos la cabecera en natural con unas cintas e iniciamos el descenso de los
veinticuatro metros que nos separan del fondo y marcan el final de esta
profunda y bonita sima. Bajamos acompañados de un goteo mucho más intenso y
abundante que anteriormente. Las dimensiones de este pozo son mucho más
reducidas comparándolo con los otros dos, pero pasada la estrechez de la entrada
gana anchura y queda totalmente cubierto de formaciones con mucha humedad,
dándole un ambiente distinto.
Ya en su pequeña base de arcillas y cascote
entre las gotas que nos mojan fotografiamos sus bonitas paredes y nos hacemos
las fotos de rigor en el fondo de esta bella y gran sima. La profundidad que
nos dan las distintas topos varía entre los ciento diez a los ciento treinta
mts. de profundidad, esto la convierte en una intensa actividad dentro de
nuestra provincia. La amplitud de sus bonitos pozos junto a las grandes
formaciones parietales que los embellecen, unido a la intensa sensación de
verticalidad de los dos primeros, nos hace ponerla a la altura de otras mucho
más conocidas y visitadas como los avencs Estret y Mig en Vall de Ebo.
Iniciamos
el ascenso muy contentos y satisfechos de ésta para
nosotros nueva sima, a la
que seguro volveremos para adentrarnos de nuevo en el maravilloso mundo
subterráneo que se esconde celosamente entre nuestras montañas. La progresión
en la subida es bastante rápida y pronto estamos fuera disfrutando de unas
vistas del litoral Mediterráneo realmente grandiosas. Así mismo vemos
claramente el salvaje urbanismo a que está sometida la práctica totalidad de la
costa Alicantina y que todos asumimos como normal. Al menos parece que algunos
parajes naturales como este mismo en el que nos encontramos, se van salvando
del ladrillo y el hormigón.
Esperemos que en el futuro no se conviertan en pequeñas
islas de naturaleza en las que toda actividad montañera está prohibida o
severamente regulada en nombre de la protección de la naturaleza. Mientras
tanto nos ahogan en un mar de urbanizaciones que sin ningún tipo de pudor han
arrasado todo el territorio circundante; contándonos eso sí, que es por atraer
dinero, turismo y progreso, que todo es por nuestro bien, por los animalitos y
plantas que habitan estos parajes. Nosotros por nuestra parte seguiremos intentando
disfrutar de esta naturaleza que sentimos nos están robando poco a poco,
esperando que las futuras generaciones puedan hacerlo también con la misma
libertad que nosotros.
PEDRO
HERRERO GARCIA.
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